(segunda nota sobre la Historia del Club de Ajedrez Trebejos)
Como decíamos en nuestra crónica anterior fue muy importante para nuestro medio el match por el Campeonato de Mundo de Ajedrez que comenzó a disputarse en Reykjavik, Islandia, a partir del 11 de julio de este año, 1972. El furor por el ajedrez fue total, recordamos que los diarios publicaban en primera página los resultados de las partidas y las mismas se transmitían por CX18 Radio Sport, la que habilitó su fono platea, sita en la calle Soriano esquina Yaguarón, para que los aficionados siguieran el desarrollo de éstas, jugada a jugada. Maestros nacionales comentaban las movidas en un tablero mural habilitado a esos efectos. También en el Club Argentino de 18 de Julio y Julio Herrera y Obes seguíamos las partidas con gran entusiasmo y discutíamos las jugadas que efectuaban los maestros.
Una vez finalizado el encuentro, que consagró al gran maestro estadounidense Robert J. Fischer como Campeón Mundial, la mencionada radioemisora organizó un gran torneo abierto juvenil para aficionados que se desarrolló en el Palacio de la Cerveza, de la calle Yatay, en el cual participaron 160 jugadores. Ganador del mismo fue la entonces la gran promesa del ajedrez nacional hoy Dr. Alejandro Nogueira, quien ya se destacaba en Los Trebejos. Muchos de nuestros jugadores de 1ª. Categoría actuaron como fiscales en esa competencia. La mayoría de los jugadores jóvenes que intervinieron en este evento se asoció al Club Los Trebejos formando el plantel de la institución y muchos de ellos fueron, con el correr del tiempo, representantes de nuestro país en Olimpiadas y torneos internacionales.
Sin embargo, pese a todo esto, los comienzos del club no fueron fáciles por los problemas económicos que existían. No había material de juego, había muchos juegos prestados y los relojes eran escasos. Se debió recurrir a las donaciones de los socios quienes respondieron en gran forma y se fue sobrellevando la situación. Debemos destacar la donación de la biblioteca ajedrecística efectuada por el veterano aficionado Don Hugo Freund, la cual lamentablemente se fue perdiendo en el correr del tiempo, llegándose a vender gran parte de la misma durante la década de los ochenta. Buena parte de la misma fue a parar a manos del coleccionista argentino el platense Ing. Nicolás Goroyesky.
Héctor Silva Nazzari
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